Esquías muy bien, para ser una chica…
Hay deportistas que nunca se cansan de subir montañas, aunque incluso sea metafóricamente. Son mujeres y hombres que viven constantemente empujando límites físicos y psicológicos. Son niñas y niños que desconocen la palabra “imposible” y que les encanta superarse cada día, sin descanso. Y cuando han llegado a la cima pueden llegar a inventarse un pico aún más alto, para hacer el más difícil todavía…
Lindsey Vonn es de esa estirpe de deportistas indomables que siempre piden más… En la que puede ser su última temporada -tras ganar 77 veces pruebas de Copa del Mundo de esquí e ilusionada por conseguir su segundo oro olímpico en Pyeongchang– le gustaría batirse el cobre en una prueba masculina en Lake Louise (Canadá) en noviembre del 2018. Esta primavera, la Federación Internacional de Esquí, emitirá un veredicto acerca de si autoriza a la norteamericana a cumplir su enésimo reto (tras pedirlo desde 2012).
Ella lo ve como una oportunidad para conocer su verdadero potencial, otros lo consideran como una simple operación de márketing… Situaciones como ésta abren el debate sobre abrir la alta competición a categorías abiertas mixtas, sin división por sexos. Si queremos igualdad que sea para todos, ¿no?
¿El deporte tiene que ser segregado por sexos siempre? ¿O hay que empezar a abrir disciplinas mixtas?
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