¿Perdiste algo más que una Copa?
Lo que quedó de Boca Juniors -desfondado, destruido, triturado y malherido de muerte- fue a recoger las medallas destinadas al segundo clasificado. Un premio menor para una escuadra que tendrá que aguantas los chistes de los de River Plate hasta el fin de los días… Pero esta final tiene múltiples perdedores.
Perdedor número 1: Argentina. El escaparate planetario que suponía para la nación albiceleste la final de las finales se convirtió en una lamentable imagen, digna de lo que nunca debería ser el deporte. Sinceramente dio bastante vergüenza ajena… Lo que iban a ser dos semanas de fútbol se han acabado convirtiendo en casi un mes de psicoanálisis nacional intentando llegar a la raíz de tanta violencia y sinsentido.
Perdedor número 2: La Conmebol, la máxima responsable de la competición demostró su infinita ineptitud, dilatando sus decisiones hasta el aburrimiento y la extenuación. Además evidenció una total incapacidad al llevarse su partido más importante a otro continente. Supongo que fue una falta de confianza plena en que cualquier país de los 10 que forman parte de la organización podían ofrecer mínimas garantías de seguridad y organizativas.
Perdedor número 3: El fútbol. Tuvo tantísimo peso todo lo extradeportivo que rodeó al partido que uno solo tenía ganas de que se acabara de una vez la final. Yo hubiera dejado el torneo desierto y enviado a Gremio al Mundial de Clubes, como escarmiento al fútbol argentino.
¿Analizas todo lo que se ha perdido en un evento? ¿O te centras en el futuro y no miras atrás?
photo credit: wuestenigel Traveler holding compass in hand via photopin (license)
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