Cosas que explicar, ahora que ya han pasado (10 de 10)
Anna ha disfrutado de una temporada de ensueño, en la que ha jugado en un nuevo equipo y ha conocido a nuevas niñas. Han sido un salto cuántico, pasar de la exigencia del nivel C a la realidad de un nivel A. Pero no todo ha sido un camino de rosas; la niña, como todas, ha trabajado muchísimo para ayudar al equipo a ser lo más competitivo posible. Y como en todo año deportivo, hay altos y bajos que exteriorizan de las formas más variadas.
Anna, mediada la temporada tuvo una época en la que estaba baja de ánimo, alicaída, con recurrentes dolores de barriga y de cabeza. Te preocupas porque no sabes qué está pasando. Por suerte hace unos meses que con las gafas acabamos con las cefaleas. Pero en medio de aquella etapa más oscura, volviendo de inglés, Anna se me puso a llorar. Denotaba una falta de confianza en sí misma, tras dos partidos seguidos en los que había fallado unas cuantas entradas a canasta.
Hablé con su entrenadora y me dijo “tranquilo, la pondré con Ivan -el segundo técnico- a practicar para que se sienta más segura”. Y ¡puf!, el problema se disolvió como un terrón de azúcar en el café con leche…
¿Recurres al equipo cuando hay problemas? ¿O prefieres resolver las trabas tú solo?
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