• ivanferrer
• A 18/02/2023

El martes, aún sin acabarme de creer que Pere se hubiera ido, tan de repente, estaba en la cocina con mi mujer preparando la cena. Mi emisora de cabecera, RAC1, siempre me acompaña. Es mi banda sonora en casa. El programa que sonaba en ese momento, Islandia, dio paso a una sección en la que se hablaba de muertes inesperadas en medio de una prueba deportiva (podcast desde 1:07:30). Se personaliza la historia en Quim Raich, triatleta de 42 años, que le transmitió a su pareja su pasión por el deporte.

A través de las palabras de su pareja, Mireia, se sucedían sus vivencias y anécdotas conjuntas. Y llegó la narración del fatídico 23 de mayo de 2010, durante el triatlón de Gavà. Ese triatlón con el que tanta ilusión me preparé para hacer mi debut en la modalidad sprint (750 metros nadando, 20 km en bici y 5 km corriendo), después de unos meses de entrenamiento con el club Mi Primer Triatlón.

Fue muy desconcertante cómo se me cortaran de golpe los nervios por enfrentarme a la triple disciplina (nadar, pedalear y correr) cuando nos percatamos que estaban intentando reanimar a una persona en la playa, en el mismo recorrido que tendría que hacer unos minutos más tarde. No sé de qué forma pude, pero conseguí finalmente evadirme y centrarme en la playa y las boyas. No recuerdo nada de la prueba, solo que fui con mi mujer y mi hija y que acabé la prueba.

Como sostenía el gran Pau Escalé: «Quiero morirme de contento, no de viejo»…

Imagen de Tumisu en Pixabay