¿Juegas un equipo de leyenda?
Uno de los momentos que más recuerdo como aficionado al fútbol es la Eurocopa de 1988. Aquellas competiciones eran superprestigiosas y exclusivas; solo tenían acceso a la fase final los mejores ocho equipos del continente (nada que ver con los 24 participantes que habrá en 2024; algunos partidos de los cuales serán dignos de la copa Chamburcy). Me enamoró la naranja mecánica de Van Basten, Gullit y Rijkaard. Nunca olvidaré el gol estratosférico que le endosó el elegante delantero neerlandés al infinito Dasayev. Estoy 100% convencido que solo con un gran equipo llegarás lejos.
Antes que nada os quería pedir disculpas por haberos hecho ghosting desde que volvimos de vacaciones. Ha sido una vuelta de auténtica locura. Tras 25 años dedicado al mundo de la comunicación y de cumplir mi sueño de trabajar en un equipo de élite (Joventut de Badalona), tenía ganas de asumir nuevos retos, ahora en el mundo de la educación y la docencia en un instituto de secundaria.
He aparcado mi trabajo en las áreas de comunicación y marketing para dar clases en un centro de secundaria. El reto es enorme, pero tengo la mejor compañera posible a mi lado; mi mujer. Ella es quien lo relativiza todo y le quita importancia; la que me apoya incondicionalmente en mi salto al vacío sin red, con una sonrisa dibujada en su cara (os puedo asegurar que en algunos momentos me siento con el mismo vértigo, desasosiego y pavor que experimentó Félix Baumgartner al saltar desde la estratosfera). Ella me hace mejor. La quiero a rabiar. Moría y mataría por ella, a partes iguales. Es mi naranja entera. Está en mi equipo, así que vamos a ganar y a disfrutar seguro…
¿Tienes el mejor conjunto posible a tu lado?
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