¿El mundo es un pañuelo?
Hacía unos días había visto a una persona, en el bar del pabellón que hay delante del colegio de Oriol, que me sonaba un montón pero mi cabeza no lograba ubicarla. La semana pasada, cuando iba a recoger a mi hijo a la academia de inglés todo empezó a encajar. Hizo un clic mi cerebro -ese preciso y mágico instante en el que gritas en silencio ¡eureka!– y ya estaba el rompecabezas encajado: habíamos jugado juntos en la UE Celtic. Me acordaba de su apellido –Carrión– y que había acabado siendo fisioterapeuta en el RCD Espanyol.
Tras presentarme y superar unos breves momentos de confusión, él también me situó y empezamos con el típico «¿Qué haces por aquí?». La coincidencia fue altamente inusual, ya que hacía más de 15 años que no le veía (desde que abandoné la práctica del fútbol). Pero las sorpresas iban a ir in crescendo, ya que ahora nos unen más cosas de las que yo creía…
Resulta que su familia se mudó a Sant Joan Despí hace un año y que tiene dos hijos que van al mismo colegio que Oriol (aunque no lo había visto, ya que sus pequeños entran y salen por puertas diferentes a las de mi hijo). Pero la traca final llegó cuando me presentó a su hijo Bruno, que ha cursado Infantil 5 y ha sido todo el curso el ahijado de Oriol (que está en 5º).
Tras el encuentro le pregunté a Oriol qué tal con Bruno, y me dijo que era del Oviedo. No entendía nada, ya que según recuerdo su padre era muy perico… Pero la respuesta estaba unas cuantas divisiones más arriba de la regional que vivimos Javier y yo, y más concretamente en la segunda división. Y es que el tío de Bruno es el primer entrenador del Oviedo. Para que digan que el mundo no es un pañuelo…
¿Te encuentras con coincidencias increíbles?
Imagen de LoggaWiggler en Pixabay
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