¿Pagas como un amateur y te dan por saco como a un pro?
El pasado 4 de abril recibí un correo, como tutor de mi hija menor de edad, adscrita a la Federació Catalana de Basquetbol. Una evidencia más que el «sistema», los clubes, se quieren imponer de manera clara y rotunda a los jugadores y su libertad de movimientos. Estamos hablando de deportistas que PAGAN por jugar y a los cuales se les exigen peajes profesionales.
Todo el mundo sabe que el 30 de junio -fecha en la que expira la relación con el club en el que han jugado toda la temporada- las plantillas ya están más que cerradas. Por este hecho, si quieren cambiar de aires, los jugadores tienen que moverse con rapidez (incluso cuando la competición está aún en marcha). Entiendo que por un tema de coberturas médicas, en caso de lesión, se tenga que regular de alguna manera; pero de ahí a sancionar al jugador y al futuro club receptor, dista un abismo (en caso de que no tengas una autorización expresa y por escrito del club del que te quieres ir).
Mi hija juega moderadamente bien al baloncesto; y lo hace para pasárselo bien, socializar y hacer deporte. Estas exigencias, disfrazadas de código ético, suponen medidas de propiedad casi medieval. Y para otro capítulo daría el hecho que la desvinculación de un club, más allá del 30 de junio, no sea automática y necesites la baja expresa del club para poder fichar por otro.
Vivimos un amateurismo que, realmente, da asco…
Imagen de Dellon Thomas en Pixabay
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