¿Eres consciente de la barbaridad que acabas de hacer? (parte 2)
La árbitra hace sonar el pitido final, miras el marcador de la televisión y ves que el resultado final, sumando la ida y la vuelta de la semifinal de Champions, es de 8 a 2. Y ello significa que, por quinto año consecutivo, vas a pelear por ser el mejor equipo femenino en Europa. Llevas encaramado siete ediciones seguidas entre los cuatro mejores equipos del continente y puedes llevarte, el próximo 24 de mayo, tu tercer trofeo seguido.
En el panorama nacional, el dominio del Barça es aplastante (camino de su sexto entorchado liguero sin alternativa alguna y poseedor de seis de las últimas ocho Copas de la Reina, sin contar la final que jugarán ante el Atlético el próximo 8 de junio). El equipo va cambiando piezas en las últimas temporadas, pero el foco sigue siendo aspirar a absolutamente todos los torneos posibles.
Muy lejos queda ese punto cero, en la temporada 2006/07, en la que el equipo bajó a segunda y estuvo al borde de la disolución. De la mano de Xavi Llorens, ladrillo a ladrillo, se construyeron las bases de lo que, dos décadas más tarde, es una auténtica obra de arte deportiva profesionalizada. El círculo virtuoso ha llegado hasta tal punto que su filial, las temporadas 22-23 y 23-24, quedó campeón (aunque no pudo ascender a la Liga F por el reglamento que impide que dos equipos del mismo club jueguen en la misma categoría). El proyecto a largo plazo ha acabado dando sus frutos y las azulgranas ya sueñan con convertirse en la dinastía que tome el revelo al mítico Olympique de Lyon…
Imagen de HANSUAN FABREGAS en Pixabay
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