¿Suprimirías el verano?
Desde que soy pequeño no he acabado de comprender el atractivo de las revistas del corazón. No entiendo por qué gusta tanto la vida privada y social de los famosos: dónde viven, a qué lugares van a pasar sus vacaciones, con quién se casan o las razones por las cuales se han divorciado. Fotos repletas de retoques para resaltar personajes de supuestos cuentos de hadas, combinadas con historias con el gusto que podría tener una insulsa sopa de agua. Personalmente, no me importan lo más mínimo. Tienen cero relevancia para mí y si desaparecieran creo que no sería una gran pérdida para la humanidad. Son, bajo mi punto de vista, entretenimiento del malo.
Pero desde que acaban las competiciones futbolísticas en junio hasta que vuelve la liga en agosto, los periódicos deportivos se han ido emparejando con esas pobres revistas de crónica noble. Rumores, dimes y diretes y negociaciones sobre fichajes que se alargan como un chicle. Y todo queda empobrecido por medios genuflexos ante los grandes equipos que representan (los referentes en Madrid y Barcelona son As, Marca, Mundo Deportivo y Sport). Como no muerden la mano que les da de comer y que da sentido a su existencia, son periódicos planos que aburren hasta las ovejas.
Y en verano son soporíferos; yo les daba un par de meses de vacaciones. Así no tendrían que operar como la prensa rosa deportiva, relatando informaciones vacías…
¿Soportas la prensa deportiva en verano?
Imagen de Lutz Dieckmann en Pixabay
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