¿Tiene explicación?

El deporte de élite está repleto de anécdotas y de finales increíbles en los que el muerto estaba más vivo de lo que parecía y al ganador, al cual solo le faltaba el simple gesto de cerrar la tijera para cortar la cinta de meta, se le quedaba incomprensiblemente encallada. Existen cortocircuitos épicos en los que, de forma casi extracorpórea, a un equipo le aparecen alas, mientras que al contrincante le oprime un yunque de toneladas épicas que no le deja pensar ni respirar.
A falta de 4:01 el marcador de la Final del Europeo Femenino de Baloncesto reflejaba un 63-51 favorable a España, tras canasta de Elena Pueyo. El tiempo muerto pedido por el entrenador belga, hizo entrar al partido en una dimensión paralela de difícil comprensión para el que llevaba 36 minutos visionando la televisión. Aunque el guion se mantenía impertérrito (65-53 a falta de 2:47), algo hizo click en el interior del juego y un triple belga empezó a abrir un boquete de dimensiones indescriptibles.
Y en un abrir y cerrar de ojos, les endosaron a las españolas un parcial de 0-9 que las acercaba, peligrosamente, a un 65-62. Pero aún y así, con solo 40 segundos en el electrónico, España solo tenía que atacar con calma para apretar la soga al cuello de sus rivales y asfixiar el partido definitivamente. Pero un fallo en el tiro, unido a la concesión de una bandeja fácil para Bélgica, puso el marcador en un puño. 17 segundos con un punto arriba; se consumó el desastre español con una pérdida y canasta fácil y una última opción abortada por unos pasos. Ahí murió el partido al que le sobraron tres minutos infernales…
¿Tiene explicación un final desastroso? ¿O solo es cuestión de mala suerte?
Imagen de Guildenstern_artist en Pixabay
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