¿Te obcecas en mantenerte en el pleistoceno?
La RFEF, la misma que se ha cubierto de mierda hasta la coronilla (gracias a sus artes prehistóricas y a una pésima gestión de la mayor gesta del fútbol femenino en toda su historia), vuelve a la carga. Da igual desde el prisma que lo ataquen, se trata del auténtico Rey Midas de la basura. Todo lo que toca huele a podrido y sabe aún peor. Ahora le llega el turno al sorteo de la segunda ronda de la Copa del Rey, que no se va a celebrar mañana – como estaba previsto- ya que una borrasca obligó a suspender dos encuentros de la primera eliminatoria.
La lógica podría imponer una solución muy sencilla: una bola con la leyenda «ganador Gimnástica Segoviana – Sestao River» y otra con «ganador Atzeneta – Zaragoza». Pero no, mejor parar máquinas, al más puro estilo rugby de patada a seguir. Y así con todo… El deporte que más dinero mueve en manos de las instituciones más casposas, retrógradas y aburridas posibles. Emoción, de aquella manera… Hasta semifinales, no sea que algún equipo pequeño se cuele en la penúltima ronda y arruine los derechos televisivos de una jugosa final.
Todo está tan medido, tan tabulado, tan parametrizado y controlado como negocio que lo que menos importa es la emoción del deporte. Emoción sí, pero entre equipos grandes que muevan grandes sumas de dinero en contratos de patrocinio y derechos televisivos para amplias audiencias globales. Lo mejor para el negocio, lo peor para el fútbol; como lo es tener de gestor a la nefasta e infecta RFEF.
¿El fútbol español sigue anclado en el pasado? ¿O ya está bien como se gestiona?
Imagen de Dariusz Sankowski en Pixabay
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