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Deportes y Comunicación | November 21, 2024

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¿Cierras un libro para abrir el siguiente?

¿Cierras un libro para abrir el siguiente?
ivanferrer

Hace más de un año que se fue, pero aún le echo de menos. Sigue tan presente que aún me visita, mientras duermo. Nunca acabo de acordarme del contenido de lo que he soñado, pero me despierto con la seguridad que he notado su agradable presencia. No me habla, no me dice nada, pero está ahí.

Antes de ayer cerramos un capítulo de la vida de mi padre para abrir otro mucho más prometedor. A lo largo de casi 46 años, uno de sus grandes motores vitales fue su amado Barça. A través del Sport, cada día se informaba, como a la vieja usanza, de toda la actualidad azulgrana. Ateo confeso, cada fin de semana practicaba su particular liturgia futbolística, siempre fiel al televisor (en los partidos lejos de Barcelona) o en persona, en el Camp Nou. Siempre muy pausado y comedido, tenía un punto autista en medio de la pasión que se desataba a su alrededor cuando el equipo marcaba un gol o se materializaba una remontada.

Solo le vi un par de veces realmente exaltado. La primera, tras superar la semifinal de Copa de Europa en los penaltis contra el Goteborg y la segunda, durante el mágico partido de Copa del Rey del «Pizzi macanudo». La tercera -su última gran actuación de locura transitoria- la vivió junto a mi hija Anna. El irrepetible 6-1 ante el PSG , en la máxima competición continental, fue el preludio de la eterna conexión que van a tener siempre los dos. El abuelo quiso cederle el legado barcelonista a su nieta mayor; en cuanto esté listo el Spotify Camp Nou empezará otra etapa, una mismo sentimiento, pero una nueva historia…

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