¿Lo de Ben-Hur era deporte?
El deporte moderno está presidido por el márketing, la tecnología y la televisión. Ese aparato que ha convertido la liga española en una diáspora de partidos que despistan hasta al forofo más acérrimo. Pero hace casi 2000 años poco tenían que ver los deportes con los de ahora, aunque estaban presididos por la misma pasión y competitividad.
En Semana Santa es imposible escapar de una sobredosis de Charlton Heston. O te caen Los Diez Mandamientos o pringas con Ben-hur. Es casi lo mismo que pasar unas navidades sin toparse con Willow. Nos quejamos, pero acabamos quedándonos pegados a la silla y la volvemos a ver. Y he de reconocer que hay escenas que enganchan, como la de la carrera de cuádrigas, máxima expresión del deporte en la Antigua Roma.
Ahí entran en concurso los cuatro fantásticos caballos blancos que ayudan a Ben-Hur a consumar su venganza ante Messala: Aldebarán, Antares, Rigel y Altair (Nunca he acabado de entender la marginación de un color tan elegante y eléctrico como el negro, solo reservado para los malos de la película. Sinceramente el corcel negro de Skeletor le daba mil patadas al de He Man).
A pocos días del gran acontecimiento, Ben-Hur toma contacto con sus compañeros de viaje, como ya hiciera Robert Redford en El hombre que susurraba a los caballos. Les recuerda que la carrera son 9 vueltas al circo, incidiendo en la velocidad de Aldebarán :»No debes ganar la carrera en la primera vuelta, ganarás en la última. Y no la ganarás solo, espera a los otros». Tampoco se olvida del integrante más lento, Antares: «Eres una roca, tú serás el ancla». Así es su charla motivacional de equipo, previa a la carrera. Lo que pasó en las 9 vueltas ya forma parte de la historia del cine…
¿Cómo te motivas ante tus grandes retos?
photo credit: mmarftrejo via photopin cc
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