¿Érase una vez?
El mundo de los cuentos es una realidad reservada a los niños. Yo recuerdo esas noches en las que, sentado sobre un taburete, devoraba un plato de espaguetis muy sabrosos con el Cuenta Cuentos. Se trataba de una colección de libros que iban acompañados de sus respectivos cassettes. Así, noche tras noche, alimentaba mi imaginación con bosques encantados, seres extraordinarios e historias legendarias. Al crecer vuelves a tener contacto con la fantasía al explicárselos a tus hijos. Y cuando ellos se hacen mayores desaparecen los cuentos hasta que lleguen los nietos (aunque al ritmo al que va la edad para tener niños en occidente, no sé si llegaremos…).
El deporte de élite está repleto de casos de deportistas que siguen un guión bastante previsible y lógico. Despuntan, saborean el éxito, se consolidan. Y llegado el momento preciso (en que la curva de rendimiento va a empezar una interminable e inexorable bajada a los infiernos) se retiran. Y siguen en contacto con el deporte que se lo ha dado todo como entrenadores, presidentes o directivos de clubes y miembros de organismos internacionales como la UEFA o el COI…
Aunque hay deportistas que se empeñan en que su vida sea como un cuento, donde lo inesperado sucede… A Marga Crespí, nadadora del equipo español de sincronizada, no le ha venido ninguna hada madrina para convertir su calabaza en carroza. Sus condiciones y sus inquietudes la han llevado alejarse de la férrea disciplina deportiva para fichar por el Circo del Sol. Su opción no es la mayoritaria, pero lo que está clarísimo es que sin la mochila que lleva a sus espaldas (físico, disciplina, trabajo en equipo, competiciones, mentalidad, presión) no hubiera podido es coger la magia del circo…
¿Sigues el guión que tienes marcado? ¿O te gusta explorar lo desconocido?
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