¿Te alegras de que se cumplan tus profecías?
Los profetas son venerados por millones de seguidores, con un impacto brutal en sociedades enteras. Muchas personas incluso ven eclipsadas, motivadas o encaminadas sus vidas por los vaticinios de algunos gurús religiosos sobre el futuro. Otros personajes, mucho más enigmáticos, como Nostradamus, se dedicaron a soltar innumerables adivinaciones que se han interpretado siglos más tarde, intentando sellar sus palabras con la realidad (con mayor a o menor verosimilitud). Yo no voy a cambiar el mundo con la mía. Me conformo con que lo hayan hecho con 12 niñas y sus padres y madres.
Mi profecía se remonta al 10 de octubre, hace tan solo 7 meses. Tengo la certeza al 100% que la he acertado y me alegro por ello. Nuestras niñas han aprendido un montón y se lo han pasado genial. Prueba superada totalmente.
Han aprendido a jugar en equipo, a buscar a una compañera que estaba mejor colocado, aún cuando tienen opción sencilla de tiro. Han aprendido a luchar, sin importar que delante tengan jugadoras que les doblan en quilos y les sacan dos cabezas. Han aprendido lo que es el espíritu de equipo (se abrazan y besan cuando se encuentran en entrenamientos y partidos, como si hiciera dos veranos que no se ven, y cuidan al Mono Jordan como si fuera el jugador número 13*). Han aprendido que con constancia y esfuerzo las cosas van llegando; y que solo se puede hacer implicándose (hasta el punto que con una plantilla de 11 nunca hemos tenido que jugar un partido con menos de 8 y salvo enfermedad no ha faltado nadie a un entrenamiento). Han aprendido a entender el juego y a usar recursos para ser más efectivas y no de cara a la galería (me quedé estupefacto cuando en un partido encerraron tres jugadoras a Alba por el flanco izquierdo y se pasó por detrás de la espalda en balón para zafarse de sus contrincantes. Me apasiona también cómo Blanca busca el triple lateral, como si tuviera una cruz invisible en el suelo, con el firme convencimiento de que va a entrar limpia). Y también han aprendido a defender si manos (algo que tristemente no practican todos los equipos en esta categoría).
Todas esas enseñanzas y el buen ambiente reinante a lo largo de toda la temporada cristalizaron en el último partido de liga. Se destapó el bote de las esencias y conseguimos una puntuación altísima (51-87). Fue como una presa que abre compuertas de repente. Como diría el malogrado Andrés Montes hubo un incesante ra-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta! que se materializó en 10 triples (uno de los cuales metió Olivia casi desde su casa) y un buen juego de ataque.
No sé qué decir más. Bueno, sí; que me ha gustado ser Nostradamus por un día…
¿Sostienes vaticinios al bulto? ¿O mides mucho tus palabras al adelantar el futuro?
*La jugadora número 12 es Beth, nuestra gladiadora benjamina (este año aún no compite por edad, aunque calidad y ganas le sobran); la que nos saca de apuros cuando vamos justos para un torneo y que ni se inmuta jugando con niñas dos años mayores que ella.
photo credit: ckfis Does it hurt? via photopin (license)
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