Basta ya, ¿no?
Una de las cosas más bellas del deporte es la épica, ese elemento que eleva los acontecimientos a la categoría de leyenda. Algo para ser recordado por muuuuuuuuchos años y que se transmitirá de generación en generación. Esa mezcla de tensión, emoción en directo y pasión hace que algunos momentos sean inolvidables. Aunque, en ocasiones, la épica no hace falta que desemboque en drama y agonía como en la mítica batalla de las Termópilas. Fue espectacular, pero acabó con todo el personal espartano fiambre…
Como casi acaba Alex Txikon durante su duelo con Miquel Larrañaga, el pasado 1 de julio en la plaza de toros de Azpeitia. La gran expectación creada alrededor de esta competición de Herri Kirolak (deporte rural vasco), las ganas de competir mermado (tenía dos costillas fisuradas) y la dureza de la competición hicieron que Txikon acabara desfalleciendo y el ganador, Larrañaga, dando tumbos… El límite estuvo peligrosamente cerca… Lo sorprendente es que los jueces no resolvieran el desaguisado, demostrando que por mucho desafío que haya por medio, una retirada a tiempo puede ser una victoria… Para walking Dead ya está la serie…
¿Los deportistas son los únicos responsables de su esfuerzo? ¿O la mirada fría de un juez debe decidir cuándo hay bastante?
photo credit: Daquella manera Listo para parar via photopin (license)
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