¿Demasiado perfecto?
Carla, una compañera del equipo de Anna se rompió los ligamentos cruzados entrenando y tendrá que pasar por el quirófano. La verdad que es una pena, ya que una lesión de este tipo te aparta muchos meses de las pistas y del día a día del baloncesto, que es lo que más les gusta. Rápidamente el grupo de padres de movilizó para hacerle una camiseta para darle ánimos. Todo fue muy rápido: diseño de anverso y reverso de la camiseta y listo para producción. Es una iniciativa muy bonita en el fondo y en la forma muy acordesa la sociedad digital, en la que todo se consigue rápido y con unos estándares de calidad profesional.
Como buen abuelo cebolleta (es lo que tiene superar ampliamente la barrera de los 40) me voy a dos décadas atrás, en una situación muy similar. Nos estábamos jugando el puesto para acceder a la promoción de ascenso a segunda regional y Paco y Mateo, dos de nuestros veteranos más ilustres, cayeron lesionados de larga duración.
La secuencia fue bastante más compleja y tortuosa, comparada con la camiseta de 2021. Fui a la calle Trafalgar, llena de grandes tiendas de ropa al por mayor, para comprar 11 camisetas blancas. Cuando acabé de negociar (querían que fueran todas de la misma talla para darme un precio más ajustado), compré unos sprays y cartulina. Tras hacer el troquel, montamos mi mujer y yo un improvisado taller clandestino en el lavabo (apoyados en la tabla de planchar) para estampar los mensajes. Fue un sábado tarde de lo más intenso…
Al día siguiente, los 11 jugadores que saltaron al terreno de juego, luciendo mensajes de apoyo apara ambos jugadores (uno por cara). Viendo las fotos, la estética dejaba bastante que desear; pero qué queréis que os diga… En la era menos digital todo quedaba peor, pero a veces le ponías todo el corazón del mundo…
Imagen de 3D Animation Production Company en Pixabay
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