¿Qué dejaste por miedo?
El martes fue definitivamente un día muy raro. Viví en mis propias carnes ese círculo vicioso de seguridad y libertad, luchando cuerpo a cuerpo, para debatir quién se lleva el gato al agua… La verdad que la jornada era de emociones fuertes. Al mediodía tenía que coger un avión de Berlín a Barcelona. Mucha seguridad, mucha policía metralleta en ristre. Pero desde que entré en el aeropuerto de Schönefeld hasta que llegué a El Prat, nadie me pidió el DNI. Ahí me di cuenta que cualquiera que hubiera robado mi tarjeta de embarque podría haberse subido al avión sin problema alguno. Y encima, apoyado por el acojone congénito a la situación que llevaba, vi un árabe que se subía conmigo al vuelo de Ryanair que me pareció sospechoso, equipado con una chaqueta de esquí de colorines de los años 80. No sé si fue por no aguantar las constantes interrupciones por megafonía del avión -que parecía un circo ambulante- o por olvidarme un poco de todo, pero dormí todo el trayecto…
Y por la noche, solo cuatro días después del concierto de Eagles of Death Metal en Bataclan, estaba yo en uno de Fear Factory en Razzmatazz. Fui con un amigo, equipado con mis dos camisetas de Sepultura. La de manga corta naranja -que mi mujer me regaló hace 20 años y que guardo con gran cariño, aunque ya está que se cae a trozos- y la de manga larga, de amarillo chillón. La verdad que, entre tanto melenudo equipado íntegramente de negro, pensé un par de veces que sería un blanco goloso ante un sediento kalashnikov. Piensas que en cualquier momento, un segundo fatal puede acabar con todo; pero en cuanto sonó Replica me fundí con las martilleantes notas de metal industrial y me limité, como siempre, a disfrutar del concierto.
Los terroristas, parafraseando una de las últimas canciones del concierto, le hicieron con sus atentados un «schock to the system». El primer balance del pánico y el terror que han sembrado han sido las suspensiones de los encuentros de fútbol Bélgica-España y Alemania-Holanda y unas medidas de seguridad aplastantes para el derby del sábado… Decimos en los discursos públicos que no nos vencerán, pero de momento la libertad ya va en retroceso… No sé si fue una imprudencia o no lo de ir al concierto, pero creo que el miedo por el miedo no nos va a conducir a ningún lugar constructivo…
¿Qué cosas dejas de hacer por miedo? ¿O hay que seguir adelante, reconociendo que en ocasiones te sientes incómodo o temes por tu vida?
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