¿Cavas hasta el fondo?
El mundo de la publicación de noticias en los medios de comunicación es como una gigantesca tuneladora que empieza su trabajo en la cándida superficie para irse adentrando, cada vez más, en las capas más cienagosas y putrefactas del subsuelo. Pero lo más perverso de esa excavación vertical es que cada vez que se llega a una superficie más profunda, más negra y más desagradable se para la máquina. Y los operarios, como niños de cinco años, vuelven a la luz para decirle al mundo: «mira lo que he encontrado». Y una vez mostrado el trofeo, se vuelven a adentrar en la oscuridad. A ver si por fin tocan fondo y acaban su obra…
La obra que parece que está llegando a capas muy profundas es la del maltrecho ex-ídolo inglés Paul Gascoigne. Hecho una auténtica piltrafa ha sido carnaza suculenta para el periódico The Sun. Su imagen dista varias galaxias del jugador cuya magia encandiló a Inglaterra y cuyo llanto cautivó a sus seguidores (tras ser eliminado en las semifinales del mundial de Italia 90, ante Alemania). Parece que la batalla contra el alcohol le está derrotando a base de batacazos personales, acompañados de apariciones cada vez más deplorables en los medios.
El rey destronado, sin corona, sin reino y sin nada no puede ni regocijarse en su pena en la intimidad. Del todo ha pasado a estar por debajo de la nada, ante la atenta mirada de los medios. ¿Hace falta seguir cavando hasta publicar su epitafio en directo?
¿Los deportistas tienen derecho a la intimidad, cuando la vida les va realmente mal? ¿O al igual que en la felicidad, hay que exprimirlos también en la desgracia?
photo credit: Tuneladora – Gastau (SP) via photopin (license)
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