¿A quién le cortas el grifo?
El ser humano, para ordenar su mundo, funciona por etiquetas. Así puede tenerlo todo clasificado e identificado en esa supercomputadora que es su cerebro. Pero en muchas ocasiones, dada la complejidad del asunto, la cabeza se resguarda de tanta singularidad. Lo hace con un simple ejercicio de generalización, no vaya a ser que se cortocircuite la máquina y se nos acabe chamuscando la placa base de nuestro centro de operaciones. Así, frases tan sobadas como “todos los políticos son unos sinvergüenzas” o “toda la gente rica es igual” hacen que, mentalmente, no vayamos mucho más allá.
Las generalizaciones toman tintes dramáticos cuando hay dolor y sentimiento de injusticia de por medio. Esa injusticia que han sentido todos los jugadores de la selección argentina ante la pregunta de un periodista, que dejaba caer que Lavezzi había consumido marihuana en la concentración. A partir de ahí despertó la bestia, capitaneada por Leo Messi y se le corta el grifo a toda la prensa, sin excepción.
Me parece muy coherente que se emprendan acciones legales contra el periodista si se considera que esta información ha dañado el honor y la imagen de Lavezzi. Pero tratar a toda la prensa por igual me parece, como poco, infantil. No entiendo cómo se sigue utilizando la filosofía de “pagar justos por pecadores” cuando lo que sencillamente se debería hacer es beneficiar a los que actúan correctamente y penalizar a los que no lo hacen. Así de simple. Porqué si cerramos el grifo solo existe una realidad: se mueren todos de sed…
¿Cuando algo va mal generalizas? ¿O tienes en cuenta que cada situación es singular y puede ser diferente del resto?
photo credit: lallama.it Viva Suecia via photopin (license)
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