¿Te ha pasado una locomotora por encima?
Cuando me levanté el sábado me tuve que frotar los ojos al leer las noticias sobre el cuarto partido de la final de la NBA. Por fin Cleveland se llevó su primer partido, acabando con el sueño del 16-0 de Golden State. El marcador del primer cuarto fue estratosférico para los locales: 49 puntos en 12 minutos. Estaba muy intrigado por saber cómo se forjó ese tanteo histórico (la mayor anotación de la historia en un cuarto en una final de la NBA). Aunque no suelo hacerlo, vi en diferido solo el primer cuarto del partido.
A falta de 9:22 ya cayó el primer tiempo muerto, solicitado por Steve Kerr. Los Warriors salieron medio empanados a la cancha. Más que para alcanzar un récord de imbatilibilidad los de San Francisco parecía que iban ya en chancletas. Errores no forzados, combinado con la intensidad de Cleveland i su acierto en los triples fue el principio del fin.
Curry desaparecido en combate (metió sus primeros dos tiros libres a falta de 21 segundos para el fin del cuarto). Solo mantuvo a flote a los visitantes Kevin Durant, que consiguió parar la sangría momentáneamente y poner el marcador en un ajustado 31-25. Pero con 37-27, tras una falta flagrante de Green, los Cavaliers se encaramaron a los 49, dejando la diferencia en +16 y encarrilando su primera victoria de la serie.
Está muy claro: cuando una locomotora sale a medio gas y choca contra otra a máxima potencia una acaba arrollada… 137-116.
¿Sales a veces sin intensidad? ¿O siempre vas a máxima potencia?
photo credit: queulat00 TrenBalnearia574 via photopin (license)
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