¿De qué te acuerdas en las despedidas?

No me gusta contar la vida en años… Y no es porque me empiece a hacer mayor; tengo 41 años y me siento más joven que nunca… Creo que se tiene que hacer incidencia en momentos especiales que hemos pasado con personas únicas. Y Àlex, mi amigo, mi entrenador, es de esos personajes únicos.
Yo tenía sueños, sueños que vivían solo dentro de mi cabeza, pero que mis piernas era imposible que pudieran alcanzar. Y nos pusimos manos a la obra… Y me cagué en tu estampa el día que hicimos fartlek en la playa, estuviste a punto de matarme. Aquella mañana, en la Barceloneta, me enseñaste que lo que no te mata te sirve de entrenamiento…
Y un día decidimos que intentaríamos hacer un medio Ironman. Ver a Anna vestida del Barça, en brazos de mi madre, y cogerla de la mano y correr juntos por la alfombra roja fue brutal… Nunca olvidaré tu sonrisa y la reverencia que me hiciste, a pocos metros de la meta, sabiendo que había sufrido bastante durante la media maratón…
Otro día pensamos que iríamos un poco más lejos, y que emprenderíamos el proyecto de la Matagalls-Montserrat: más de 80 Km por la montaña. Encontrarte a ti y a Katerina, en medio de la noche oscura, fue una gran sorpresa y dosis de energía, aunque me sabe muy mal no haberoslo podido demostrar en aquel momento. Sé que hiciste lo imposible para venir, incluso pidiendo el coche a un amigo para poder llegar donde yo estaba, en una carretera secundaria perdida en medio de la nada…
Y un día me vine, tal vez demasiado arriba, y te comenté que quería hacer 100 km en ruta, una carrera demoledora para cuerpo y mente, un verdadero triturapersonas. E innovaste tus métodos conmigo y me descubriste el agua de mar: ¡¡¡qué mala estaba al principio, cojones!!! Y cuando el día D, tras 13 horas de carrera, se hizo de noche y en el Paseo de Calella no quedaba ni cristo, allí estabas tú. Tú y mi familia: los mejores acompañantes del viaje más sorprendente que he hecho nunca sin moverme casi del sitio, como un hámster.
Y los sueños no acaban… Sé que hace semanas que ya estás maquinando todas las posibilidades para que llegue en óptimas condiciones a la Maratón de Barcelona y que pueda empujar una silla de ruedas durante 42km…
Hemos aprendido muchas cosas juntos: que se puede entrenar de lunes a viernes y que los fines de semana son sagrados para Puri y los niños, y que no hace falta perder ni un minuto haciendo ejercicio. O que lo que hace una buena pieza de fruta supera con creces a los asquerosos geles. Y como decía Stephen Hawking en la “Teoría del todo”, mientras sonaba “Arrival of the birds” en la escena final de la película, “Àlex: MIRA LO QUE HEMOS HECHO…”
Aunque te vayas muy lejos, a la gélida Noruega, seguiremos como cada semana amigo mío, entrenando de lunes a viernes… Mucha suerte en tu nueva aventura…
photo credit: koelnblogging.com Bye bye Germany via photopin (license)
Publicar un comentario