¿Cenas de Champions?
Una de las grandes diferencias entre mis dos hijos es que a uno solo le atrae el deporte como juego físico. A Oriol le encanta patinar y divertirse con el pilla-pilla, la araña peluda y el trenecito; y suele protestar bastante cuando Carles le pone a hacer círculos con el stick. En cambio, Anna abraza todas las dimensiones de esta actividad, leyendo prensa deportiva, viendo por la tele todo tipo de deportes y practicando baloncesto.
El sábado por la noche fuimos a un restaurante del pueblo a cenar. Nada más sentarnos los cuatro vimos en una mesa cercana una cara conocida. Conocida solo para la mitad de la familia, os podéis imaginar quién. Le dije a Anna si la chica que me sonaba jugaba en el Barça femenino. Anna, con suficiencia me dijo que era Marta Torrejón. Le pregunté si quería que fuera a pedirle permiso para que le hiciera una foto con ella. Me miró con los ojos como platos y me espetó: “Papá, por favor…” Ahí acabó el tema foto, pero se abrió una nueva derivada mientras nos traían los platos.
Anna me comentó: “Está comiendo pizza”. Creo que por su expresión de sorpresa pensaba que los deportistas de élite siempre comen cosas sanas estilo pasta, pescado y carne a la plancha, verduras, ensaladas… El súmmum llegó con el postre, cuando le sirvieron un coulant de chocolate. Anna sabía que la mañana siguiente disputaba la vuelta de la Champions contra el Bayern Munich; lo que no esperaba es que la cena previa también lo fuera…
¿Los deportistas deben actuar siempre como estrictos monjes? ¿O un capricho no hace daño a nadie?
photo credit: pierrepaul43 <a href=»http://www.flickr.com/photos/13149473@N04/47733687561″>Ultima Cena, Giacopo Bassano, 1548</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.0/»>(license)</a>
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