¿Imposible perdonar?
La élite es un lugar solo reservado para los mejores. Un espacio al que no se llega de rebote ni por encontrar un trébol de 4 hojas andando por el campo tranquilamente una soleada mañana de sábado. Se alcanza por una mezcla de calidad, profesionalidad y esfuerzo constante por seguir aprendiendo. La gracia de la élite es que no llega cualquiera; únicamente hacen cima los que han superado una constante selección natural física y mental.
En la élite nadie regala nada, y los fallos se pagan muy caros. Sucede cuando juegas con los mejores: te despistas y te arruinan el partido en un abrir y cerrar los ojos. No hay lugar para el descanso ni la autocomplacencia; es lo que tiene llegar a un evento en el que la excelencia debe brillar para que lo alcances y la exigencia es máxima.
Por ello hay errores que, efectivamente, son imperdonables, y más cuando la tecnología te puede ayudar en un momento de duda y los equipos se lo están jugando todo. Son errores que van mucho más allá de que no te validen una canasta que te impide ganar el partido de 3×3 y seguir en pista otro ratito más. Son errores que te echan casi literalmente de una competición que se celebra cada 4 años y a la cual es difícil llegar. Por eso no me extraña que se haya excluido al trío arbitral que no visionó el barrido ilegal de Gobert en el ajustado final del Francia – Lituania del Mundial de China…
¿Existen errores imperdonables?
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