Mi país por un sueño
Soñar, por el momento, es gratis. 13 de julio, 6 de la tarde. No importa que estemos en verano ni que el sol resplandezca como nunca en las playas de Río de Janeiro. El Estadio de Maracaná vuelve a parecer un cementerio a medianoche. Silencio sepulcral. El uruguayo Alcides Ghiggia mató a la hinchada brasileña 64 años antes, materializando el maracanazo. Hoy se escribe la secuela del nuevo hundimiento – estilo Titanic, a lo grande- de la canarinha en su santuario.
Pero el guión es el más genial y cruel que se haya escrito nunca. El encargado de dar la estocada final al Brasil de Neymar es un compatriota suyo. Un gol de Diego Costa encumbra a la selección española al Olimpo de los Dioses, consiguiendo lo inimaginable: ganar dos Eurocopas y dos Mundiales seguidos… La imagen de Costa, ataviado con la bandera rojigualda a lo Superman, besando la copa y flanqueado por Iniesta y Ramos, pone cachondo a más de uno.
Por fin el sueño es posible, tras comunicar el jugador del Atlético de Madrid, ante notario, la negativa a jugar con Brasil y dar el «sí quiero» a Vicente del Bosque, que podrá contar con él para los próximos amistosos si lo considera oportuno.
Al entrenador nacional Felipe Scolari se lo han llevado los demonios: «Un jugador brasileño que se rehúsa a vestir la camiseta de la selección brasileña y a disputar una Copa del Mundo en su país sólo puede estar automáticamente desconvocado. Él le está dando la espalda a un sueño de millones, el de representar a nuestra selección pentacampeona en una Copa del Mundo en Brasil».
Si queríamos algo más que deporte para el mundial de fútbol ya tenemos el entrante servido…
¿Renunciarías a tu país por un sueño?
photo credit: Nhoj Leunamme == Jhon Emmanuel via photopin cc
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