¿Cumples tus amenazas?
El dorsal de la Cursa dels Nassos de la edición anterior, con mi nombre y el 2.613, llevaba durmiendo casi un año en el fondo del cajón de deporte. Allí se encontraba, a la sombra, fresco y listo para cumplir las amenazas que vertí el mismo 31 de diciembre pasado, nada más acabar la carrera (sintiéndome profundamente estafado). Estaba tan defraudado que decidí no pagar la carrera de este año.
Cumplimos la tradición con Manolo y comimos en un centro comercial una hamburguesa acompañada de patatas y aros de cebolla. Para cerrar el ágape y hacer una minisobremesa, coronamos el encuentro con un café y un donut. Manolo, siempre tan prudente, pagó religiosamente su inscripción. Nos cambiamos antes de que mi acompañante dejara su mochila (yo llevé la mía en la espalda) y andamos, en un relajadísimo calentamiento mientras continuábamos con nuestra animada charla.
Y venga, a desafiar diez kilómetros en un estado de forma lamentable (desde principios de septiembre que no me calzaba las zapatillas). Con más voluntad que otra cosa fueron cayendo los kilómetros. A medida que avanzábamos, pude comprobar que sigue siendo un timo una carrera que no cumple lo que se le debería exigir a una ciudad como Barcelona. Para mí, uno de los mayores atractivos que tiene esta prueba es que cada kilómetros se señala con un luminoso que le da un aspecto mágico al ambiente. En 2023 solo vi encendidos los puntos kilométricos 4,5 y 8 (el resto debían estar en ahorro energético).
Llegamos con un meritorio tiempo de 1 hora y 5 minutos justos, con el convencimiento que en 2024 repetiremos la comida con Manolo y que mi dorsal de 2022 seguirá vigente, un año más…
¿Eres fiel a lo que anunciaste? ¿O eres como la gaseosa y con el tiempo te quedas sin gas?
Imagen de P. Schreiner en Pixabay
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