¿Sabes leer las señales?
El mundo está hecho una auténtica y gigantesca bola de mierda, que solo se mueve gracias a las fuerzas cósmicas que hacen que La Tierra gire sobre sí misma y alrededor del Sol. La incompetencia vestida de clase política, mientras Valencia sigue hundida en el lodo. Y pasas de la página nacional a la internacional y te das de bruces con la Santísima Trinidad de la destrucción: Netanyahu, Putin y Trump. Solo hace falta que se una a la fiesta Kim Jong-un para protagonizar la última versión de los Jinetes del Apocalipsis: conquista, guerra, hambre y muerte.
Y entre tanto odio, ya no queda libre ni el fútbol. Hay una corriente neoidiota que propugna que el pasado se debe dejar atrás, enterrado, y que solamente hay que mirar hacia adelante. Pero si desconocemos de dónde venimos no comprenderemos muchos de los eventos que suceden ante nuestros ojos ni podremos mejorar en el futuro. Parece ser que a Martin Jedlicka, portero del Viktoria Pilsen, no le enseñaron en el colegio que existían los nazis y que empleaban el saludo fascista. De una forma tan extraña despachó a Oyarzabal en la discusión pospartido, mientras le decía «que tengas un buen vuelo» y «vete a casa».
Lo curioso del tema es que la UEFA, la de la diversidad y la concordia a través del fútbol, se ha lavado las manos como Poncio Pilatos. La misma que le dio el Premio Sócrates a Vinicius hace un año. Me parece todo tan absurdo que ya no sé ni cómo seguir este post…
Imagen de OpenClipart-Vectors en Pixabay
Publicar un comentario