¿Coitus interruptus?
Hay ocasiones en la vida que querrías fundirte o matar alguien. Ocasiones en las que estás centrado al 150% en lo que estás haciendo y te olvidas de todo, no hay espacio ni tiempo. Solo existes tú fundido mental y físicamente con tu tarea. Todo es perfecto, todo está conectado cósmicamente. Pero un graciosillo decide mover bruscamente la aguja del tocadiscos, rayando ese momento mágico, dejándote descolocado y furioso por haberte devuelto a la rutina.
Yo estaba absorto viendo la televisión, levantado de la silla de la cocina, disfrutando del Borussia – Madrid. Fútbol total. Las hordas germanas atacando sin cesar el castillo de Casillas. Solo faltaba un golpe de ariete para derribar la puerta blanca y materailizar la remontada. El Madrid aguantando numantinamente, utilizando a fogonazos contras peligrosísimas. Buscando el gol de la tranquilidad. Intensidad a raudales, idas y venidas sin cesar, oportunidades clarísimas por ambos bandos. Champions League en estado puro. Fútbol de patio de colegio. En un minuto tanto podía caer el 3-0 como el 2-1. Los banquillos al borde del colapso…
Y en el minuto 85, en pleno festival futbolístico, el comentarista de TVE anuncia, en medio su locución deportiva, que «mañana podremos disfrutar de Masterchef y que después del partido veremos Los Misterios de Laura». Si hubiera tenido un cuchillo a mano, ¿adivinad dónde se lo hubiera clavado misteriosamente?. Momento bochornoso y horroroso para romper el clímax de la retransmisión. Rayó tan fuerte el disco que lo partió…
¿Recuerdas tu último coitus interruptus?
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