¿Darías un paso atrás por diversión?
Cuando salgo a correr, paso al lado de campos de fútbol que son perfectas moquetas verdes, con ese césped de última generación aderezado con abundante caucho. Todo es simétrico, todo está en su sitio. Nada que ver con el balompié que viví desde pequeño. Yo soy de la generación que crecimos jugando en campos de tierra, en los que las piscinas se pagaban muy, pero que muy caras; con heridas y sangre abundante. No te podías fiar del bote del balón y las rayas del campo, en ocasiones, parecían hechas con la precisión de un niño de tres años. Y cuando llovía fuerte jugabas en auténticos barrizales, en los que cada jugada era como una lotería… Curiosamente me retiré, en verano de 2009, un par de meses antes de que instalaran la perfecta moqueta verde…
Me divertí mucho, muchísimo jugando al fútbol, aunque no llegué a prometer nunca. Morientes sí que prometía ya con 17 años, cuando debutó en el Albacete. Llegó a ser un jugador importante, con títulos nacionales y europeos en sus bolsillos. Jugó en España, Francia e Inglaterra. Y tras 17 años en la élite colgó las botas en 2010. En su dilatada carrera profesional no pisó ningún lodazal, aunque tras cinco años apartado de los terrenos de juego ha vuelto por diversión. Ha cambiado los focos y el himno de la Champions por las desangeladas gradas de Primera Regional. Para un jugador de su talla es una forma menos exigente de seguir disfrutando de lo que más le gusta: darle patadas a un balón.
¿Cuando te retiras de la élite ya has tenido bastante para siempre? ¿Te avergonzaría dar un paso atrás y volver como aficionado? ¿Si disfrutas te importa mucho el nivel al que lo haces?
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