¿Es imposible acabar con la picaresca en el fútbol?
De los ganadores de un Oscar por el largometraje «Vinicius ha hecho más por la humanidad que la Madre Teresa de Calcuta» y de los productores del exitoso «El penúltimo robo más espectacular del siglo (el último siempre está por llegar)«, llega la tercera entrega, que cierra esta disparatada trilogía cargada de deporte, pero aún más repleta de distopía. «Matar al mensajero» es una película dotada de un contenido muy vergonzosa y rastrero, protagonizada por la siempre casposa y putrefacta Federación Española de Fútbol.
Poco le importa al organismo, que rige de forma lastimosa el deporte rey, haber demostrado la poca profesionalidad que se muestra a los mandos del VAR. Lo que realmente le preocupa es iniciar una rápida caza de brujas para descubrir quién le ha dejado con el culo al aire. Ese patetismo que va inherente a la persona a la cual le incomoda infinitamente más que se hayan aireado sus vergüenzas que ser un auténtico sinvergüenza.
En vez de hacer autocrítica, prefiere pasar al ataque para acabar con futuras situaciones comprometidas que continúen demostrando su amateurismo, combinado con una infinita falta de criterio y rigor. Así de panderetero es el fútbol en España, fiel heredero de una rancia y picaresca tradición propia de Rinconete y Cortadillo. Mucha tecnología, pero en el fondo la misma basura de siempre…
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