¿Pueden salvar los despachos el desastre deportivo?
Ayer no comí ni cola de león ni cabeza de ratón. Tenía suculenta comida familiar en casa de mis suegros. Nos juntamos toda la tropa en una gran mesa rectangular con otra circular al lado para que pudieran caber los niños. Uno de mis cuñados estaba haciendo záping para dejar un canal de fondo mientras comíamos. Y apareció un partido de baloncesto. Jugaba el Barça contra La Bruixa d’Or Manresa. Quedaba un minuto y medio para acabar el partido. Creía que no lo había visto bien, tal vez me tendría que volver a graduar las gafas… El Barça ganaba de casi 50 puntos. Vaya palizón. El resultado final fue de 101 a 53.
Como en internet, mis pensamientos van de una cosa a otra rápidamente. Paliza, ridículo, Manresa, liga ACB… ¿Tiene sentido estar diseñado para acabar muerto cada año? No sé, algo no funciona en la ACB… El Manresa, en las dos últimas temporadas debería haber descendido de categoría. Pero le han salvado los requisitos económicos -unos 5 millones de Euros- y de instalaciones que la ACB pone a los equipos que suben de Adecco Oro. Y ahí está, por tercer año consecutivo, luchando por no volver a pasar la vergüenza de ser salvado por la campana, en los despachos, por tercera vez consecutiva.
Me pongo en el lugar de la afición. Tragarte un balance de victorias/derrotas de 18-69 tiene que ser a prueba de aficionados de corazón… Me pongo en el lugar del cuerpo técnico. ¿Quién quiere un marronazo de tamaña dimensión? Me pongo en lugar de la directiva, en el de los jugadores… ¿Alguien quiere estar ahí? Por todo ello creo que es nocivo para la ACB el sistema, como está montado actualmente. Y si no que se lo pregunten a Albert Sàbat.
¿Prefieres ser eternamente cola de león? ¿O es mejor ganarte tu puesto en la élite en la pista?
photo credit: Carlos Peñalba Photography via photopin cc
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