¿Dejarías el balón por una fábrica?
Innumerables relatos de superación y triunfo nos ha explicado el mundo del fútbol a lo largo de la historia. De la fábrica, cadena de producción o almacén a jugar contra estrellas de talla mundial. Historias inverosímiles como las del Argentino Sergio Torres que se gastó todos sus ahorros para ir a Inglaterra a jugar y que llegó a dormir en el campo de fútbol o a alojarse en casa de un aficionado porqué no tenía adonde ir. Depués de muchas penurias y sacrificios, ahora juega en un equipo semi-profesional de un suburbio de Brighton, el Whitehawk FC. Siempre nos fijamos en cómo se pasa de cero al infinito. Como los niños pequeños, nunca, nunca, nunca, nos cansamos de que nos expliquen el cuento del Patito Feo, una y otra vez…
En la vida cuesta mucho subirse al tren de los sueños, pero aún es más duro bajarse… No es una novedad que con las situaciones de crisis el dinero deja de fluir y las necesidades se dirigen a lo más estrictamente necesario. Y el fútbol (menos el de élite) no es ajeno… Lejos de la primera división, todo se endurece y cada vez es más complicado el profesionalismo en categorías más bajas. Ello ha obligado a un jugador del Lumezzane -de la tercera división italiana– a colgar las botas para ponerse a trabajar en una fábrica. Michele Pini, de 28 años, ha tomado esta determinación ya que le ofrece mayor estabilidad y seguridad. Ahora tiene peso en su decisión el recién nacido que acaba de tener.
Ganará menos que jugando de futbolista, pero con el trabajo en la fábrica vislumbra un futuro que el fútbol no le podrá dar. Se ha retirado. Para él, paró de rodar el balón. Acabó su sueño.
¿Continuarías con tu sueño deportivo a toda costa? ¿O hay algún momento que hay que decir basta? ¿Hay más sueños tras el balón?
photo credit: Fábrica química Solvay via photopin (license)
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