¿Necesitas guardaespaldas para todo?
La Guerra en Siria es el claro síntoma de que el motor de la humanidad no funciona. Una locura que ya se alarga más de cuatro años, en la que uno ya no sabe quién ataca a quién. Una clase política internacional vergonzosa, más preocupada de la balanza del poder y de los equilibrios diplomáticos más que para acabar con el conflicto armado. Una población civil atrapada y que ve en el éxodo a Europa su única salida. Y una vieja y rácana Europa que, de cara a la galería, dice «sí»(para que las teles digan que somos buenos), pero que cuando hay que actuar dice «no» y le da la espalda a un drama que le podría suceder a cualquiera de nosotros.
El impacto del grupo terrorista ISIS está siendo a escala global y llega a rincones que nunca pudiéramos haber sospechado antes. La macabra amenaza ha llegado incluso a 4.100 metros de altura, en las remotas montañas del Himalaya. Aunque ya se materializó en 2013, cuando en el campo base del Nanga Parbat murieron 11 alpinistas en un ataque terrorista. Dos años y medio después, el gobierno de Pakistán ha anunciado la creación del primer cuerpo de policía de alta montaña para proteger a las expediciones que atacan la cumbre y los numerosos trekkings que se realizan por la zona. Seguridad para repeler cualquier ataque externo.
El resultado de esta medida es que al oficial de enlace del ejército -que hasta ahora acompañaba a los escaladores para certificar que escalaban las montañas por las que habían pagado un permiso y velaba por su correcto comportamiento- se añadirá escolta armada. Más burocracia para unas expediciones que se tienen que preocupar, cada vez más, de otros problemas externos más allá de centrarse en atacar la montaña.
¿Tenemos que aprender a estar seguros a golpe de metralleta? ¿O tenemos que luchar para preservar nuestra forma de vida antes de los ataques terroristas globales?
photo credit: The Bodyguard via photopin (license)
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