¿Duele mucho?
Dídac Costa, el aventurero transoceánico que se lo jugó todo a una sola mano ha sufrido un revés contundente. La Vendée Globe ha sido de lo más cruel con él. Cuando no llevaba ni una hora de navegación, empezaron los problemas. Se materializaron en problemas eléctricos y una vía de agua. En cuanto volvió a puerto no hubo tiempo para el desánimo: se activó una cruel cuenta atrás, que puede lastrar su sueño en el primer asalto. Tiene diez días para retomar la salida, antes de caer descalificado.
Si fue ultracreativo a la hora de conseguir todos los recursos para poder estar en la línea de salida, tendrá que seguir exigiéndose el máximo en tierra para volver al agua con garantías de poder afrontar tamaña gesta. En el mundo del deporte, lo más duro es Í después de una fuerte caída. Por el dolor físico, pero sobre todo por el impacto psicológico y emocional. Lo realmente importante es cómo te enfrentas a la adversidad, qué armas usas, si eres fiel a tus principios, si amas realmente lo que haces.
Costa está manos a la obra, sin perder un minuto, para devolver el bote a su hábitat natural. Si la clasificación no era una prioridad, ahora el objetivo número uno es poder empezar. Sin esta meta superada no tiene sentido enfrentarse a mares embravecidos, ya que sencillamente en tierra no hay ola que valga…
¿Te recreas en tu dolor cuando sufres un revés? ¿O rápidamente pones la maquinaria en marcha para salir del atolladero?
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