¿Fuiste y ya no eres?
Siempre he creído que no soy un tipo competitivo, pero sí muy entregado con lo que hago (en ocasiones hasta puntos extremos y obsesivos). Cuando perdía jugando al fútbol lo olvidaba con mucha facilidad. La semana volvía a empezar de nuevo, cargada de más oportunidades de entrenar y un nuevo fin de semana para jugar y disfrutar. Y si encima ganaba ya era la leche… Dejé el fútbol cuando, con 33 años, por muy entregado que fuera, no podía competir en igualdad de condiciones con mis adversarios. Esos críos de 18 ó 20 años -que reaccionaban y ejecutaban a velocidad ultrasónica para mí- solo podían obtener como respuesta mis patadas y faltas. Estuvo extremadamente bien; pero ya pasó. Me enganché después, por curiosidad, a las carreras de fondo y ahora hago deporte de forma diferente…
Me provoca mucha gracia las decenas de personas que me han comentado que una lesión les privó de una carrera exitosa en el deporte del balón de cuero y los que cuentan que cuando eran jóvenes hacían esto o aquello. Como si la edad te limitara irremediablemente y te marcara un gigante efecto túnel en tus posibilidades futuras… Parece como si nos quedáramos atrapados entre lo que pudo ser y no fue y lo que fuimos y ya no somos… Por eso me rindo ante Carlos Soria, un “abuelo” de 78 años que ha emprendido la expedición para coronar su treceavo ochomil, el Dhaulagiri. Su filosofía se resume en una sencilla frase: “Por la edad nadie puede dejar de hacer las cosas que quiere”. Como decía Schwarzenegger en Terminator Génesis: «Soy viejo, pero no obsoleto”. Carlos Soria, una persona centrada en lo que es y lo que quiere hacer. En su currículum la edad es bastante secundaria…
¿Te limitas a acordarte de tus años mozos? ¿O te centras en lo que aún te queda por hacer?
photo credit: Айвенго Terminator via photopin (license)
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