¿Estás contento pero te dan ganas de estrujarlos con rabia?
- ivanferrer
- A 20/02/2018
Después de la última temporada y media -en la que he podido comprobar a través del televisor, en varias ocasiones, que los jugadores del Barça se paseaban todo el partido en medio de una extraña mentalidad de indolencia-, hemos pasado de adentrarnos en un infecto antro de comida basura a degustar un menú inolvidable de tres estrellas Michelín en tan solo 10 días. Y todo se ha materializado con la misma orquesta, pero con nuevo director.
Sinceramente, me cuesta entender que 16 paquetes que jugaban tan rematadamente mal -sin consistencia, sangre, pasión, ni ganas- hayan pasado de ser una triste calabaza a una carroza de superlujo. Mi hija, una apasionada del baloncesto en el campo y de cualquier deporte desde la tele, solo tenía un veto: no quería ver al Barça de baloncesto porqué según ella “eran muy malos”. Mi teoría, sin documento ni declaración que lo avale, sostiene que se han estado rascando los huevos desde que empezó la temporada, consiguiendo un balance bochornoso, sobre todo en Euroliga.
Ahora ya podemos dar la pátina de épica que siempre tanto vende en el mundo del deporte, agarrándonos a la victoria y escondiendo el fracaso de la derrota. Elevando a Pesic a la categoría de virtuoso mago, sacando petróleo en terreno yermo y haciéndole un quiebro a la lógica para llevarle la Copa ante el Madrid.
¿Crees en la magia de los milagros? ¿O nos gusta disfrazar así la responsabilidad en el desastre previo?
photo credit: paweesit Sanctuaires Notre-Dame de Lourdes via photopin (license)
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