¿Y si gana uno pequeño? (inicio)
Si hay deporte en directo por la tele solo existe la posibilidad de que Anna y yo estemos en el sofá. A veces su madre se une, pero suele encontrar mejores distracciones. Se pone con el ipad dándonos apoyo moral, más que otra cosa… La final del Eurobasket, inédita entre Eslovenia y Serbia y sin un claro favorito.
Estamos en el minuto 4 del segundo cuarto del partido, con el marcador muy ajustado y el juego vibrante y emocionante. El guión de la final no está deparando muchas sorpresas: mucha igualdad y con Dragic, Doncic y Bogdanovic de protagonistas. En pleno intercambio de canastas, Luka Doncic se cruza todo el campo y como un ariete tumba el aro Serbio en forma de mate frontal. Miro a Anna y flipamos con la jugada que acabamos de ver, hecha por un crío de 18 años que juega al baloncesto como los ángeles. Pone el 32 a 28 en el marcador para los eslovenos y, tras destrozar el aro contrario, ruge como un fiero león… Vaya subidón de jugada… Djordjevic intenta parar el momentazo esloveno con un tiempo muerto. Quiero ver cómo el volcánico entrenador serbio arenga a sus jugadores y da instrucciones. Y el Canal Cuatro me obsequia con autopromociones de programas como ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, First dates o Ven a cenar conmigo. Joder, la mejor manera de sacarte del partido; vaya basura de intermedio… Y vuelvo a entrar en estado de shock cada vez que sucede lo mismo a lo largo del partido, en varias ocasiones…
Menos mal que tras cada coitus interruptus volvieron ambos equipos a salvarme, para meterme de nuevo en la emoción de la final y la magia del baloncesto…
Por esta razón da, cada vez más, pena y repelús la televisión en abierto…
photo credit: -marika bortolami- Metelkova Mesto, Ljubljana – Slovenia via photopin (license)
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