¿Élite o humanidad?
El domingo recibo de Alex un link por correo electrónico, sobre abusos sexuales. En los últimos días ha vuelto a la palestra esta escabrosa realidad, con los casos difundidos en los medios de la Abadía de Montserrat. La verdad que no me apetece mucho leerlo, estoy en casa con los niños y la información es muy detallada y profunda…
Todo se vuelve más tenebroso y cercano cuando me alerta que fue entrenador suyo durante muchos años. Además miro su foto (tras comprobar en el reportaje en profundidad que fue juez mientras yo estaba en activo como triatleta federado) y, efectivamente, lo he tenido delante de mis narices en diversas ocasiones, en el control de entrada a la zona de transición.
Y me horroriza que, como sociedad, lo intentamos tapar. Y que, como primera opción, se tiende a pasar de puntillas sobre la cuestión. Es tan asqueroso comprobar, a través de muchos testimonios de abusos sexuales que, muchas veces, “todo el mundo lo sabe y nadie dice nada”…
Lo más preocupante es que trabajando para “mejorar para ser un gran deportista”, “exprimir el potencial para llegar a la élite” y “la obsesión por ganar” nos estamos alejando como colectivo de la diversión intrascendente. Hay que competir, SIEMPRE. Así se va imponiendo el “sufrir para ganar” al “jugar para disfrutar” en todas las facetas de deporte, incluso en el deporte de base. Nunca debemos olvidar que, detrás de esa máquina perfecta que persigue y anhela el oro con toda su alma, hay un ser humano que cuidar, no solo exprimir. Buscando el éxito y la mejora hemos abandonado, entre todos, a las personas…
photo credit: Lorie Shaull Minnesota Shame sign held at a rally on Sunday via photopin (license)
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