¿Te imaginabas acabar así?
Me parece alucinante la secuencia que sucede a un pinchazo en una gran carrera de tres semanas como Tour, Giro o Vuelta. La velocidad a la que se cambia una rueda puede llegar a la altura de cualquier mecánico de la Fórmula 1 al hacer una sustitución de neumáticos en pleno Gran Premio.
En esos instantes de crisis, el ciclista pierde el ritmo de carrera, se caga en todo al perder unos preciados segundos y se lanza a la carga para recuperar el tiempo perdido. Y si se llega al dramático caso que se rompen los frenos o cruje la bicicleta, un compañero puede llegar a sacrificarse por ti.
Pero Jordi Cortinas ni es ciclista profesional, ni corre el Tour, ni va en equipo. Participó el pasado mes de agosto en la Transpyrennes 2020, en modalidad solo. Se enfrentaba a 1.000 km en bicicleta desde la playa de Llançà (Girona) hasta San Sebastián y debía superar hasta 40 puertos de montaña (entre los cuales se hayaban el Tourmalet o el Luz-Ardiden).
Las pruebas de ultraresistencia non-stop (cada participante paraba a descansar cuando quería) tienen esos cambios de guión que te llevan al límite en los que debes agudizar el ingenio para conseguir el objetivo y subir el volumen de la pasión. Se le rompió el cambio de la bici a falta de unos 160 kilómetros y al no poder repararlo se encomendó a la épica: consiguió una BTT Decathlon -que le cedió el señor de un hotel- sin calas, de una talla más pequeña. Ahí nació el mito de la “Veló Atrotiné”. Y empujado por la bestia que lleva dentro y un animado grupo de whatsapp de fans incondicionales, tras 113 horas -63,5 de las cuales pedaleando-, llegó a meta.
¡Qué grande Jordi! ¡Y más grande aún Cristina, su pareja y apoyo que no se pierde una en directo! Más grandes que los ciclistas y los equipos de soporte del Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta a España…
¿Eres capaz de recurrir a recursos insospechados para conseguir tus objetivos?
photo credit: tcees Transport Supplied via photopin (license)
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