¿Te importa un huevo el postureo?
- ivanferrer
- A 22/03/2021
En esta era de la virtualidad, en la que se le da un papel protagonista a lo que parece y se arrincona a lo que es (dotándole de un papel de eterno secundario), triunfa el postureo por encima de lo común. El empuje de la estética me ha hecho llegar a plantearme seriamente cuál el objetivo real de algunas personas que he visto correr por la Carretera de les Aigües, las Ramblas de los runners. En casos muy concretos (está feo generalizar) he visto aspirantes a deportista que parecían disfrazados (uso el masculino incluyente, no hay diferencia de género en esta casuística) con ropa cómoda para ir a su primera cita o encontrarse por el camino al amor de su vida.
El ultrafondo es descarnado, te lleva al límite sin piedad. Y te sumerge en un nivel de sufrimiento que solo el que ha traspasado su umbral sabe de lo que estás hablando, sin llegar al estúpido tópico del «pobrecito, está loco». Si a ese ambiente le añades el organizador de una carrera al que sencillamente le importa un huevo lo que el resto del planeta piense o considere de él, encuentras la autenticidad en estado puro. Eso es básicamente la Barkley Marathons, una locura épico-surrealista hecha carrera de montaña. Es una prueba en la que no hay rivalidad entre participantes, ya que la carrera se encarga de ser tu único ogro. Un ogro que, para variar, ha despedazado a los 36 participante que lo intentaron.
Postureo o autencicidad; en este dilema no hay medias tintas…
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