¿El que la sigue la consigue?
Si llegar a la élite es una empresa hartamente complicada, ganar ya supone entrar en un plano épico. Las disciplinas profesionales están repletos de deportistas de clase media que se mantienen muchos años en lo más alto, pero sin probar las mieles del éxito. Se trata de una extensa corte de actores de reparto que son parte imprescindible del espectáculo pero que nunca ejecutan los números más virtuosos y arriesgados, que acaban llenando las portadas de los medios de comunicación y las páginas web. Son la paja que acompaña a la aguja que destaca entre tanta monotonía.
En las 19 temporadas que lleva en el circo mundial de las dos ruedas, Aleix Espargaró sola había conseguido tres podios (1 en Moto2 y 2 en MotoGP) y su mejor clasificación histórica sucedió en 2014 -con un séptimo puesto en la categoría reina- y consiguió también el campeonato CRT en 2012 (se trata de una subcategoría dentro de MotoGP).
Camino de la edad de Cristo, más que hacia la cruz y decadencia de su carrera, va camino de su mejor rendimiento nunca alcanzado, como si de un infinito motor diésel se tratara. Incombustible y paciente, le ha llegado el momento de ganar su primera carrera, tras 283 batallas de hormiga en el asfalto. Como dice el refrán: «Nunca es tarde si la dicha es buena»…
¿Luchas con la ilusión de conseguirlo, aunque la lógica diga todo lo contrario?
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