¿Vives un verano paralelo?
Mi deseo de «menos preferente» se ha ido a tomar por saco exactamente en menos de una semana. Mis ansias de diversión se han esfumado con la misma rapidez que Israel conquistó la península del Sinaí, la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán en la ultrarrápida Guerra de los 6 Días. El equipo, gracias a una renuncia, ya tiene su plaza para disputar el campeonato femenino cadete preferente.
Dos grandes incógnitas me asaltan, alrededor de mi hija, acerca de dónde está exactamente y lo que es el verano. Para mí, desde San Juan hasta septiembre, siempre fue el período que comprendía entre el final de temporada y el inicio de la siguiente; momento en el que abandonar las rutinas y entregarse a placeres más dispersos en los que, podía entrar o no el deporte. Y después llegaba el mes de la vuelta al trabajo y la pretemporada. Y los entrenamientos en la playa, y los quilos de más y las apuestas a ver quién era el primero que echaba la papilla…
Dos décadas más tarde, el estío se ha convertido en un plan de entrenamiento de nueve semanas para que no pierdas la forma (de lunes a viernes, del 27 de junio al 28 de agosto) y una pretemporada que empieza el 22 de agosto. Creo que tras ver la cuarta temporada de Stranger Things ya no sé en qué mundo vivo… Tal vez en una realidad paralela mi hija se ha vuelto profesional y yo aún no me enterado… Debe ser la ola de calor que me hace confundir realidad y ficción…
¿Tu hijo es profesional?
Imagen de Erik Tanghe en Pixabay
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