¿Una putísima mierda?
Negro intenso. Así es mi particular valoración de la temporada del equipo en el que ha jugado mi hija esta temporada que, por suerte, ya ha llegado a su fin. Básicamente ha sido un desastre porqué las niñas han vivido los meses de competición con angustia y desasosiego. Y, al menos en el caso de Anna, he visto que se ha divertido a nivel 0 (en demasiadas ocasiones nos olvidamos que son niñas de 14-15 años que practican baloncesto).
Al estar encuadradas en grupo especial de primer año cadete, según su clasificación, se jugaban un billete para jugar en Preferente la temporada 2022-23, la máxima categoría a nivel autonómico. Ni desde el banquillo ni en la grada se les supo hacer ver que conseguirlo sería un premio; sino que era la evolución y estado natural del equipo. Ese listón ha ido quemando y frustrando a las jóvenes, a lo largo de los meses de entrenamientos y partidos. Es como si cada 22 de diciembre te sintieras un desgraciado por no ganar el Gordo. Estaría muy bien sacarse un buen pellizco para cerrar el año a lo grande, pero no estás obligado a ello ni a sentirte mal por no conseguirlo.
Y como cerdos con el gancho al cuello se han ido, dirigiendo, poco a poco, al matadero, para acabar muriendo en la orilla al caer en las semifinales de la final a cuatro para determinar los puestos 13 al 16. He visto en mi hija la desgana (antes de disputar el partido contra el Joventut de Badalona me dijo que le daba palo ir a jugar) y el miedo (me verbalizó que tenía ese sentimiento ante la posibilidad de perder ante el Parets en la final a cuatro); dos elementos terribles, especialmente, en el baloncesto base.
Y tras una temporada, bajo mi punto de vista, tirada a la basura se me eriza el vello cuando escucho que, la mayoría de comentarios en la reunión de pretemporada 2022-23 siguen girando alrededor de si jugaremos en Interterritorial o si, debido a alguna renuncia, estaremos en Preferente…
Estamos enfermos de competición y si hace falta pasar por encima del bienestar de la jugadoras, pues lo hacemos y listos. Mi deseo para el año que viene es MENOS PREFERENTE y MÁS DIVERSIÓN.
Imagen de yousafbhutta en Pixabay
¿Cómo catalogas la temporada de tu hijo?
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