¿Esperas que te saquen las castañas del fuego?
Escucho una entrevista por la radio que me deja bastante estupefacto, aturdido. Hace 34 años Jordi Llopart hizo que el atletismo español subiera por primera vez al cajón en unos JJOO. Fue una hazaña protagonizada en Moscú 1980, en plena Guerra Fría -con el boicot de 65 países, que siguieron la estela liderada por los EEUU. Fue un pionero en una disciplina brutal, los 50 Km marcha, en las que llegan los participantes a vomitar en marcha, producto del esfuerzo.
Tres décadas más tarde de estar cerca de lo más alto ha dado con sus huesos a ras de suelo. Desde su último trabajo, en México, lleva dos años llamando a todos los estamentos oficiales posibles: Comité Olímpico Español (tuvo una pequeña ayuda económica), Federaciones Española y Catalana de Atletismo, Generalitat de Catalunya (recibió ayuda psicológica en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat). Y nada de nada… Ahora subsiste, a los 62 años, con 426 mensuales, olvidado y apartado.
Él pide una paga mensual (como se hace en otros países, o un cargo político relacionado con el mundo del deporte). Quiere trabajar. Y un tertuliano sostiene que debería tener una vida digna asegurada. Estoy realmente confundido. No le deseo a nadie una situación como ésta. Nos quejamos de los sueldos vitalicios de algunos políticos… ¿Tendría sentido que el estado le saque las castañas del fuego a los medallistas olímpicos o que se busquen la vida como todo hijo de vecino?
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