¿Tu estrategia es meter el dedo en la llaga?
El deporte de alta competición se decide por detalles, pequeñeces que se convierten en historias que se transmiten de generación en generación. Y de esas historias, tras imprimir una pátina de color sepia, surgen las leyendas que quedan en los libros y para transmitir batallitas de abuelos a nietos.
Como las que me explicaba el mío, de un fútbol que nunca conocí, en el que había más delanteros que defensas y en el que los arietes llevaban un pañuelo en la cabeza para protegerse del pitorro y las costuras del balón (si rematabas de cabeza e impactabas con el pitorro, que iba por fuera, tenías asegurada una brecha). Esas leyendas se cimientan en logros, aciertos en el último segundo, desesperadas hazañas imposibles que le dan la vuelta al marcador. En tan solo dos días de diferencia, Derrick Rose tumbó con un triple a tablero a los Cavaliers y Lebron James les devolvió la moneda a los Bulls con una canasta de crack.
La tecnología permite disponer de infinidad de estadísticas al servicio de los cuerpos técnicos, los estrategas del aro. Y en el momento álgido de la temporada en la NBA -con los Playoffs en juego- el entrenador de los Rockets, Kevin McHale tiró de datos para intentar mermar a su rival, los Clippers. Ordenó a sus jugadores que le hicieran faltas sistemáticamente a DeAndre Jordan (con unos pobres porcentajes de tiros libres). Falta, tiros libres, falta tiros libres… Así hasta 34 veces. Y solo anotó 14; un 41% de aciertos. La estrategia estuvo clara, aunque la jugada no surtió efecto (los Clippers ganaron 128 a 95). Intentó mermar la poca capacidad del contrario en la línea de tiros libres, poniendo a DeAndre infinitamente en una situación que le incomoda…
¿En tu estrategia te centras en enaltecer tus potencialidades o en ahondar en la penurias del otro?
Imagen: http://pixabay.com/es/hombre-se%C3%B1alando-dedo-ni%C3%B1o-cara-407083/
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