¿Te cuesta llamar a los bomberos?
En tiempos en que la macroeconomía española parece que va a la velocidad del tren bala – según datos del gobierno- la microeconomía continua herida, con una larguíiiiiiiiiiisima y dura recuperación por delante. El mercado laboral ha cambiado radicalmente y el trabajar toda tu carrera en una misma empresa empieza a complicarse de forma exponencial. El paro sigue en cifras de alucine (casi un 24% y más de un 50% en los jóvenes) y el trabajo temporal y precario se va imponiendo a empujones.
Pero para empujón, el que José Ramón Sandoval ha dado al Granada. Si se despista incluso va a mover la Alhambra. Hace un mes el equipo de fútbol estaba en la UCI, sin esperanza alguna. Y para salvarlo, en una medida desesperada tiraron de un contrato-bombero. El contrato-bombero surge de una situación límite y con él se pretende sortear un marrón de muy padre señor mío. Es un contrato temporal corto. Y con esa desesperación llegó la llamada a Sandoval -que llevaba un año sin trabajo- para darle la vuelta a un calcetín roñoso y roído. Le contrataron por un mes -cuatro partidos- y con todas la alarmas encendidas. El nuevo técnico aplicó un contundente electroshock, reanimando al equipo y devolviendo la confianza de algunos jugadores defenestrados en la plantilla. Ha ganado tres partidos y solo le falta el último escalón para consumar el milagro mañana: el Atlético de Madrid.
¿Intentas salvar la situación, cuando estás con el agua al cuello, solo con tus propios recursos? ¿O si estás acorralado llamas a un bombero?
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