¿Si no lo sabes, porqué lo haces?
Los niños pequeños, cuando empiezan a verbalizar sus pensamientos son muy curiosos. Esa inocencia infinita les lleva a justificar lo injustificable, a darle la vuelta a lo extremadamente evidente. Y si se quedan sin excusas no tienen ningún reparo en encogerse de hombros y sacar magia de donde la haya para desaparecer. Así opera mi hijo Oriol, de dos años. En ocasiones, se agazapa en el sofá, en silencio. Como el voraz cocodrilo que aguarda paciente a que los ñus del Serengueti tengan sed y se aproximen a beber. Y espera que su hermana, centrada en sus cosas, no note su presencia. Y va siguilosamente y le arrea un arañazo o le pega un tirón de pelo. Y cuando el llanto de Anna hace saltar la alarma de que algo bueno no ha ocurrido, siempre es la misma escena. La hermana llorando y el pequeño alejándose de la escena del crimen, con cara mezcla de niño bueno, despistado y triste. Le pregunto que porqué le ha pegado a Anna y siempre me contesta lo mismo «No lo sé».
Y resulta que el presidente de ACS, el omnipotente y omnipresente máximo responsable del Real Madrid, funciona como un niño de dos años. Tanto poder, tanto dinero y juntas directivas para acabar con un triste «no lo sé». Florentino Pérez, ávido de generar nuevas noticias y de estar presente en los medios cuando en apariencia no hay nada qué decir, se inventó la enésima comparecencia ante los medios para anunciar que se funde a Ancelotti, el técnico que le dio la ansiada Décima. Bien bien no sabe porqué lo ha destituido -o sí, pero no lo dice-. Un año en blanco ha sido suficiente para acabar con su paciencia.
¿Te avergüenza decir las razones reales por las que tomas una decisión? ¿O lo haces simplemente porqué te da la gana?
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