¿Más que fútbol? (Volumen 1)
El fútbol es uno de los fenómenos globales que llegan a casi todos los rincones del planeta. Se trata en un lenguaje universal que con una pelota, dos porterías (aunque estén hechas a base de simples piedras) y un grupo de personas dispuestas a jugar hay suficiente. Suficiente para unir culturas, credos y cosmovisiones antagónicas. Pero suficiente también para elevar enérgicas protestas dada su gran cobertura mediática respecto a la mayoría de deportes.
Así lo interpretaron las jugadoras de un club vienés que se enfrentaba en un amistoso al combinado del Vaticano. Un estado símbolo indisoluble del papado y de la religión católica. Un estado que ofrece a la mujer un papel de segunda, en el mejor de los casos. Siempre he considerado absurdo el casi milenario celibato y aún más alucinante que un cura que nunca ha gozado de la vida en pareja se atreva a dar clases de convivencia a unos recién casados… Y el tema se enciende aún más con su controvertida posición ante el aborto y el colectivo LGTB.
Y cuando empezó a sonar el himno vaticano algunas jugadoras mostraron pintadas reivindicativas en favor del aborto, hecho que acabó motivando la supensión del partido. Siempre, en este tipo de situaciones, acaba saliendo el tema de la neutralidad del deporte. Nos guste o no, el escaparate es el que es. Cada país tiene un posicionamiento vital propio, así que creo lo primero que deberían respetar es la discrepancia del que tienen delante; y después que gane el mejor…
¿El deporte debe ser terreno neutro? ¿O como en otras esferas de la vida hay espacio para la crítica?
photo credit: joepiette2 Feb 23 Protest: No US war on Venezuela! via photopin (license)
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