¿Se pueden tocar los símbolos?
Cada una de las acciones que llevamos a cabo en la vida, desde las más nimias y automáticas hasta las más importantes y trascendentes, vienen acompañadas de una segunda parte. Un «después» que algunas veces carece de visibilidad, y en cambio otras duele como un portazo en las narices. Pero todas, absolutamente todas, las acciones vienen acompañadas de consecuencias. Y la simbología, aderezada de protesta, épica y rebeldía puede llegar a hacerte morder el polvo…
El polvo que está mascando Kaepernick, tras ser el primero en hincar la rodilla cuando sonaba el himno estadounidense, como protesta contra la violencia policial contra los afroamericanos. Una acción que inició una rebelión en diversos equipos de la NFL que ha hecho perder los nervios al mismísimo Donald Trump (aunque pensándolo bien, un tipo como él, de mecha corta, no necesita demasiado para combustionarse) y ha generado un acalorado debate social sobre el respeto a los símbolos nacionales. Tras generar la chispa que encendió esta realidad, el ex quarterback de los 49ers está sin equipo.
Según Kaepernick, los dueños de la NFL han conspirado para dejarle fuera de la liga, en un atentado a la libertad de expresión; así que los ha demandado. El jugador de fútbol americano se encuentra subido a su particular Rocinante, camino enfrentarse a 32 gigantescos molinos de viento. A ver cómo consigue no quedar enredado entre sus aspas…
¿Los símbolos son sagrados? ¿O la libertad de expresión no debería tener límites?
photo credit: institutogallaecia Bandeira Histórica Galega do ‘Galliciense Regnum’ Suevo. Bandeira do Reino da Galiza. via photopin (license)
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