Conclusiones desde la grada (nudo)
Hay derrotas que escuecen, como la del miércoles en la final de Cambrils, sobre todo por la ilusión que tenían las niñas de rematar el torneo con la victoria final, tras cinco buenos partidos. Una de las grandes enseñanzas que he incorporado a mi vida, tras realizar el master y la especialización en coaching deportivo, es que “todo es información”. Como se desprende en muchos de mis posts, nuestra cultura deportiva báscula entre la luminosa cúspide de la victoria hasta el valle oscuro y profundo que encarna la derrota. De la perfección del 10 sobre 10 al desastre al no superar al adversario, que provoca que hay que quemarlo todo, absolutamente todo, sin dejar títere con cabeza.
Pero vayamos a los datos. De los últimos 19 partidos disputados desde el 12 de enero (fecha en la que empezamos la liga regular; contando 12 de liga, 6 del torneo de Cambrils y un amistoso) hemos ganado 17 y perdido solo 2.
Lo fácil es decir que el Parets (el único rival que ha conseguido derrotarnos por partida doble) es mejor que nosotros y cruzar los dedos para no encontrárnoslas, de nuevo, en las fases por el campeonato de Barcelona. Como un zombi de Walking Dead sin capacidad de raciocinio, buscando solo el despiste para morder al vivo, que es netamente superior. Otra opción es analizar qué sucedió en ambas ocasiones para renacer de nuestras cenizas como un resplandeciente ave fénix y hacer bueno el refrán que dice que “a la tercera va la vencida”…
¿Huyes de la derrota o la miras de frente, desnudándote, sin miedo?
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¡A la tercera va la vencida!
Y de no ser así, pues la cuarta 🙂
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